Mí(s)tica bandera
Veus aquest home amb aquesta banderola i penses que no s’ho creu, que algú l’hi ha posada a les mans i que la sosté perquè no sap què fer-ne. Però t’atures a esbrinar què hi ha al derrere d’aquest posat de seudomístic, i penses sobretot en el que ha dit últimament sobre els símbols i la unitat d’Espanya, i arribes a la conclusió que aquest home no és un simple agitador de banderes sinó un agitador malintencionat de consciències. No crida contra el president del govern perquè no està previst en el projecte d'agitació que l'inspirador cridi al carrer, però ja s'encarrega que ho facin altres.
( I que Sta Teresa, de la que avui celebrem la festa, em perdoni...)
La tengo sin tenerla en mí,
y barrunto armar tal cirio
que grito porque no grito.
¿Qué hago yo en este balcón
después de quedarme solo,
mirando cual viejo bobo
el paso del escuadrón,
sin frescura ni ilusión,
con un mirar tan contrito
que grito porque no grito?
¡Ay, qué imbécil esta gente!
¡Cómo la sangre me altera
este palo, esta bandera,
este afán de presidente
que me relame la mente!
Me causa un placer tan vivo
que grito porque no grito.
¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el poder!
Porque si es dulce el joder
no lo es mentira tan larga.
Quíteme Aznar esta carga
que me está dejando frito,
que grito porque no grito.
Esta jodida prisión
del rencor con que yo vivo
ha hecho al país mi cautivo
y esclavo mi corazón.
Y causa en mí tal pasión
ver a España en mi garito
que grito porque no grito.
Sólo con la confianza
vivo de que el malvivir,
haciendo rey el mentir,
me asegure mi esperanza
de alcanzar la gobernanza.
No te tardes, ven prontito,
que grito porque no grito.
Mira que el poder es fuerte;
verdad no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarlo, perderte.
Llegue ya mi dulce suerte,
el gobierno a mi rendido,
que grito porque no grito.
Rojo y gualda, los colores
que lucen en mi bandera,
la única verdadera,
reciben loa y honores,
al tañer de los tambores,
sólo de mi, el escogido,
que grito porque no grito.
Bandera, ¿què puedo darte
de mi Patria, que hay en mí,
si no es el joderte a ti
para merecer ganarte?
Quiero mintiendo alcanzarte,
pues más al poder no resisto,
que grito porque no grito.
y barrunto armar tal cirio
que grito porque no grito.
¿Qué hago yo en este balcón
después de quedarme solo,
mirando cual viejo bobo
el paso del escuadrón,
sin frescura ni ilusión,
con un mirar tan contrito
que grito porque no grito?
¡Ay, qué imbécil esta gente!
¡Cómo la sangre me altera
este palo, esta bandera,
este afán de presidente
que me relame la mente!
Me causa un placer tan vivo
que grito porque no grito.
¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el poder!
Porque si es dulce el joder
no lo es mentira tan larga.
Quíteme Aznar esta carga
que me está dejando frito,
que grito porque no grito.
Esta jodida prisión
del rencor con que yo vivo
ha hecho al país mi cautivo
y esclavo mi corazón.
Y causa en mí tal pasión
ver a España en mi garito
que grito porque no grito.
Sólo con la confianza
vivo de que el malvivir,
haciendo rey el mentir,
me asegure mi esperanza
de alcanzar la gobernanza.
No te tardes, ven prontito,
que grito porque no grito.
Mira que el poder es fuerte;
verdad no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarlo, perderte.
Llegue ya mi dulce suerte,
el gobierno a mi rendido,
que grito porque no grito.
Rojo y gualda, los colores
que lucen en mi bandera,
la única verdadera,
reciben loa y honores,
al tañer de los tambores,
sólo de mi, el escogido,
que grito porque no grito.
Bandera, ¿què puedo darte
de mi Patria, que hay en mí,
si no es el joderte a ti
para merecer ganarte?
Quiero mintiendo alcanzarte,
pues más al poder no resisto,
que grito porque no grito.
C.A.
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