Election day, November, 1884


Si yo tuviera que nombrar, oh Mundo Occidental, tu espectáculo y paisaje más poderoso,
No serías tú, Niágara – ni vosotras praderas sin límites – ni las gigantescas grietas de tus gargantas, Colorado,
Ni tú, Yosemite – ni el Yellowstone con todos los bucles espasmódicos de sus géiseres que suben hasta el cielo, apareciendo y desapareciendo,
Ni los conos blancos de Oregon – ni el cinturón de grandes lagos del Hurón – ni el curso del Misisipí:
Yo nombraría a la humanidad que bulle ahora en este Hemisferio – la vocecita silenciosa que vibra – el día de elecciones en América.
(Su corazón no está en los elegidos – el acto mismo es lo importante, la elección cuadrienal),
La extensión del Norte y del Sur, despierta – en las costas y en el interior – de Texas a Maine – los Estados de las Praderas – Vermont, Virginia, California,
Por fin, la lluvia de votos desde el Este hasta el Oeste – la paradoja y el conflicto,
Los copos de nieve que caen innumerables – (conflicto sin espadas,
Aunque más porfiado que todas las guerras antiguas de Roma o las modernas de Napoleón) : la elección pacífica de todos,
Humanidad buena o mala – acoge los desastres, la escoria:
¿El vino hace espuma y fermenta? Sirve para purificar – mientras jadea el corazón arde la vida:
Estas ráfagas y vientos huracanados impulsan a los preciosos navíos, hinchan las velas de Washington, de Jefferson, de Lincoln.

Walt Whitman (traducció de Franscisco Alexander a "Hojas de hierba", Colección Visor de Poesía))

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